Su recién difunto marido quedó debiendo un dineral. Ahora ella tendrá que pagar con su culito. Pecosa aún está de luto por la lamentable pérdida de su esposo, el señor Memo Inclán. Los acreedores hacen fila afuera de su casa, ellos quieren que se les pague el dinero que el señor quedó a deber. Pecosa está muy angustiada pues no tiene cómo pagarles. A ella no le queda más remedio que ofrecerles su cuerpo para que los dos cobradores le hagan una doble penetración por panocha y ano. Aunque su culito es virgen, ella está dispuesta a pagarles.
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